Uno de esos megaforbios es el Delphinium pentagynum en un regazo del arroyo del Molinillo
En ambientes parecidos del Guadalquivir las ranunculaceas no hacen acto de presencia pues no soportan las cambios drasticos de la humedad edáfica, podemos encontrar sin embargo, escrofulariaceas como la verónica.
Mientras, en la montaña, la familia de las escrofulariaceas está bien representada por el jopo (Orobanche sp) o por la escrofularia (Scrophularia nodosa)
En los rios se acrecenta el número de especies de labiadas como la mentha, el poleo, el mastranzo o el lycopus europaeus
Las leguninosas reptantes son abundantísimas, más escasa se hace la oreja de liebre (Scorpiurus muricatus) que está adaptada a suelos más compactados y soleados
Entre las monocotiledoneas las riberas acumulan una gran diversidad en la primera banda, en las posiciones más próximas al agua donde la enea, el junco, la espadaña...etc comparten refugio con el mas ancestral Sparganium erectum
Las monocotiledoneas mas exhuberantes del monte son, sin embargo, las orquideas, aunque igualmente los espartos (Stipa sp), el lastón (Brachypodium sp), o incluso otras monocotiledoneas menos conocidas como la zarzaparrilla (Smilax aspera), el rusco (Ruscus aculeatus) o la esparraguera (asparagus sp) pueden alcanzar una grna vistosidad
La orquidea Orchis langei crece en las cercanias del roble de la Fuente del Arco, cuya descendencia como vemos acusa la herencia de Quercus robur extremadurensis en numerosos brinzales
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